Cómo decorar una cocina vieja y fea (sin morir en el intento)
Heredaron la cocina cuando compraron la casa hace más de seis años. Nunca les gustó, pero como se suele decir: hacía su apaño. El calor del horno había hecho que el revestimiento de plástico MDF de las puertas se despegara y su suelo claro nunca parecía verse limpio.
Las cortinas rollo oficina tampoco ayudaban mucho.
Era hora de tirarla al suelo y montar una cocina nueva, o bien, hacerla una reforma de esas que nos gustan tanto: sin obra y con un presupuesto low cost.
Vivimos tiempos raros en los que gastar, y más en decoración, parece un despilfarro. Pero también es básico contar con una casa que nos guste, y una cocina donde preparar alimentos con limpieza y seguridad.
Este ejemplo os puede ayudar a descubrir las inmensas posibilidades de una vieja cocina. Y todo sin «hacer un roto», ni tampoco pedir préstamos o bajar escombros. Reformas sencillas que puedes hacer tú mismo, incluso sin tener ni idea de bricolaje.
Cómo renovar una cocina vieja sin obras y con muy poquito dinero
Como no querían gastar demasiado dinero intentaron hacer algo mágico: conservar todo lo posible, y a la vez, lavarle bien la cara para que pareciera una cocina nueva.
Conservaron la estructura de los muebles, pero cambiaron las puertas. Nuevo revestimiento sobre los azulejos de la pared, nuevo suelo y encimera laminada, y cortinas tipo estor de colores para poner un poco de alegría al conjunto.
La nota chic la ponen los detalles dorados y las plantas que siempre ponen un punto natural que se agradece.
Idearon también estantería a medida para la pared para exponer la vajilla y para almacenar botes con cosas que se gastan todos los días. Nueva iluminación y grifos, y poco más con un presupuesto desde el principio muy ajustado.
Para ahorrar dinero, instalaron también una encimera y suelo de imitación de mármol (hay muchos suelos vinílicos en clic o adhesivos que lo hacen estupendamente) y una nueva puerta de entrada a la nueva (e irreconocible) cocina.
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